Campaña del Mes/Diciembre: 

Una de las celebraciones más esperadas y populares del año es la Navidad. Como tradición se concibe como un tiempo de amor, alegría, encuentros familiares y obsequios generosos. Pero lamentablemente, envueltos en las celebraciones y tradiciones, olvidamos que el verdadero significado de la Navidad es el nacimiento de Jesús.

La Navidad tiene una amplia historia y se remonta a hace más de dos mil años, cuando en un humilde pesebre en Belén, nació el hijo de Dios, Jesús.

El Evangelio de Lucas describe el maravilloso encuentro entre la joven María y el ángel Gabriel. El ángel le dijo:—María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.

El nacimiento de Jesús fue un acontecimiento milagroso y extraordinario que trajo esperanza y salvación al mundo tal y como lo expresa la Biblia:
Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16).

Jesús vino a la tierra como un obsequio divino, enviado por Dios para reconciliar a la humanidad con Él. Su llegada marcó el comienzo de una nueva era de amor, paz y redención. La etapa navideña nos recuerda que en este mundo no estamos solos, que hay un Dios que nos ama incondicionalmente y que está dispuesto a perdonar nuestros pecados.

En la actualidad, debido al quehacer diario y las distracciones de la temporada navideña, nos olvidamos de lo más importante: tomar un momento para reflexionar sobre el verdadero significado de esta celebración. No se trata solo de intercambiar regalos o disfrutar de una cena especial, sino de celebrar el regalo más grande que se nos ofrece desde el cielo a tidos: la vida de Jesús y su mensaje de esperanza y amor.

La Navidad, nos invita a reflexionar sobre nuestros actos, a perdonar y ser perdonados, a amar y ser amados. Es una oportunidad para recordar la importancia de la fe y la espiritualidad en nuestras vidas. Jesús nos enseñó el valor de compartir y ayudar a los demás, especialmente a aquellos que más lo necesitan.

En esta Navidad, recordemos que Jesús, es el verdadero significado de la etapa navideña. Demostremos nuestra gratitud y amor hacia Él al compartir su mensaje de paz y bondad con aquellos que nos rodean. En lugar de solo pensar en los regalos materiales, debemos buscar la forma de dar más amor, compasión y apoyo a los demás.

No se trata sólo de un día en el calendario, sino de una oportunidad para renovar nuestra conexión y nuestra fé con Jesús. Celebremos todos su nacimiento con gratitud y humildad en nuestros corazones, recordando que su amor y sacrificio, son el verdadero regalo de la Navidad.

No olvidemos que el Hijo de Dios vino a este mundo para identificarse y relacionarse con cada ser humano a fin de que recuperemos el vínculo con el Padre Celestial. Es importante tener presente que el niño Dios no se quedó en el pesebre; él creció, desarrolló un ministerio público caracterizado por señales y actos milagrosos como respuesta a las necesidades de quienes tenían fe en él. Más tarde, muere en una una cruz por causa de nuestras rebeliones contra Dios, y al tercer día resucitó demostrando su poder como Hijo de Dios.

Sin dudas, su amor inalterable manifiesto al mundo a través de la humillación de Cristo, es el mayor regalo que podamos recibir en todos los tiempos.

Que esta Navidad nos llene de esperanza y alegría, recordando siempre que el verdadero significado de la Navidad es Jesús. ¡Feliz Navidad!

Redacción: Palabra Fiel Radio (PFR)